Reboot: «Es necesario trabajar tu libertad como artista» ∣ Entrevista + Podcast ∣ CultDust 06
Con tres décadas de actividad en el mundo de la música electrónica, el alemán Reboot alcanzó a principios de la pasada década el status de leyenda. Sus tracks, pegadizos y celebrados en las pistas del mundo entero —con especial fervor en Ibiza—, le sumieron en un estilo de vida al borde del crash.
Sin embargo, pasado el año 2014, el artista que firmó Caminando —track que a veces rehusa pinchar por mucho que el público se lo pida— decidió poner freno a su ritmo de vida y enfocar su trayectoria de otro modo: menos prisa, menos locuras, más libertad y una mayor apertura en el espectro creativo, incluso más allá de los propios sonidos Reboot.
Escucha el podcast exclusivo y lee la entrevista con Reboot, en la que hablamos sin tapujos de sus vidas pasadas, los excesos, los desajustes de la industria respecto a las redes sociales y, cómo no, la situación pandémica actual.
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Además de revisitar tus últimos años y plantear aquellos momentos determinantes por los que has pasado, no nos queda otra que comenzar hablando de la situación pandémica actual. Estás en Alemania, país menos afectado que España pero igualmente con fuertes restricciones. ¿Cuál es tu situación actual y cómo lo llevas?
Por suerte, en Alemania, el sistema de salud se ha mantenido estable. Sin embargo, la distancia social y todo lo demás sigue igual que en cualquier otro país. Los medios se las han apañado para crear un estado dramático aunque obviamente hay países en los que ha sido muy duro, como en España, Italia, Francia o Estados Unidos, lugares en los que tengo muchos amigos que me cuentan lo dura que es la pandemia. Sea como fuere, esto tendrá efectos duraderos, y estas medidas tendrán consecuencias, sobre cómo nos relacionamos, por ejemplo, y no sé si será para bien o para mal. No sé si en 20 o en 50 años dirán sí, en 2020 fue cuando empezó todo.
Como artistas, nos afecta mucho porque no sabemos cómo será el clubbing del futuro: ¿tendremos clases sociales diferentes respecto a si han recibido la vacuna y pueden salir de fiesta? Quién sabe, actualmente la sociedad en Alemania está muy separada respecto a cómo afrontar estos retos: como siempre, la verdad estará a mitad camino entre unos y otros; parece que no será tan drástico como otras enfermedades víricas, pero el problema es su capacidad de expansión. Por otro lado, en Alemania los hospitales están vacíos, porque todo está dedicado a los pacientes con coronavirus.
Supongo que el proceso de darte cuenta de la gravedad del asunto fue paulatino, como para mucha gente. Y luego la respuesta habrá ido siendo variable en función de las posibilidades. Por otro lado, en cuanto a los artistas, tenemos un exceso de streamings que es apabullante, por ejemplo.
Hubo un proceso de unas dos o tres semanas desde las primeras informaciones serias hasta que nos dimos cuenta de que no habría más fiestas. Y luego tocó asumir que la cosa no sería cuestión de un mes, aunque al principio todo quedaba pospuesto y éramos muy optimistas. Ahora soy muy realista y, en Alemania por lo menos, no habrá clubes hasta final de año. ¿Qué puedes hacer? Ser feliz tiene mucho que ver con aceptar aquello que no puedes cambiar, y en esto hay algo de aceptarlo radicalmente. Por supuesto, hago lo que puedo en cuanto a llevar máscara y demás, y luego intento estar sano mentalmente. Dejo de pensar en ello y comienzo proyectos que siempre he querido hacer, así como cosas pendientes del estudio. Así que fue rápido: de acuerdo, esto no se puede cambiar, así que vamos a intentar hacerlo lo mejor posible. Me tomo mi tiempo para explorar cosas, por ejemplo. No es que esté encantado con la situación, pero lo hago lo mejor que puedo.
Respecto a los streamings, lo veo desde el inicio de la pandemia. Es como si todos nosotros no tuviésemos una plataforma. Personalmente, soy un desastre con las redes sociales. Quizás sea una cuestión generacional, pero comencé con la música electrónica hace 30 años y la cosa iba de los discos que producías. Tenías una cuenta de MySpace y luego de Facebook, pero no había esta sensación de sobreexposición.
Los clics venden tickets, y no la música. No soy tonto, sé cómo funciona el juego, pero rechazo estar enganchado cada día a esto y compartiéndolo todo, sencillamente no quiero hacerlo. De vez en cuando comparto algo que hago en mi estudio o lo que estoy haciendo, pero no es de ninguna manera cómo quiero ser visto. Hace un tiempo tuve un manager que estaba loco conmigo: tienes que postear a esta hora y con estos hashtags. Soy músico, ¿sabes a lo que me refiero?
Creo que en vez de empoderarnos con una voz, palabra muy de moda, las redes sociales nos han lanzado a una insufrible competición y ruido. Yo también estoy muy cansado de todo ello.
Sí, y además de esta competición algunas cosas no son tan importantes ya, como la calidad de la música o qué tipo de persona eres. Prefiero hablar en entrevistas o de persona a persona que no a través de las redes sociales. No quiero ser juzgado por mis cuentas en las redes. Escucho cosas como “Reboot no está haciendo nada por el momento” y eso es mentira, estoy trabajando mucho en el estudio, lo que no hago es postear fotos de lo que estoy comiendo. ¡Quizás me quejo mucho porque en realidad no soy bueno en ello!
Respecto a los streamings, he recibido muchas propuestas y al inicio del confinamiento estaba muy activo, pero ahora estoy siendo ya más selectivo. El set para Rhythm Cult, este CultDust, lo grabé en directo y fue divertido, pero hacer streaming desde mi comedor cada día no es algo que me apetezca hacer. Pero si hay compañeros que quieren hacerlo, adelante, es genial y se agradece mucho que haya artistas que estén aportando a la comunidad.
Por otro lado, tú has tenido unos inicios de década muy activos, con cientos de giras anuales y viajes sin cesar. No sé si has aprovechado también este parón para reducir velocidad, o ya lo habías hecho antes.
Sí, entre 2010 y 2014 el nivel de shows y viajes fue al máximo, no podría ser más, unos 20 shows al mes.
El alcohol y drogas más duras como la cocaína se convirtieron en partners habituales, y no son los mejores consejeros, que digamos. Mi equipo de management se hacía llamar “Buzz & Blow”, básicamente. Y ellos no me manejaron bien. En 2014 decidí que algo había que cambiar, mi hermano había fallecido un tiempo atrás y entonces caí en barrena, hasta que decidí que yo no quería morir todavía. Necesité ayuda y un par de años para entenderlo, ahora llevo ya varios años sano, limpio y sobrio completamente. Cuando hice estos cambios tuve que modificar mi estilo de vida y lo hice por mi cuenta, decidiendo por ejemplo que no podía pinchar más de seis veces al mes. O si hago un tour de dos meses con más intensidad, luego tengo que estar más tiempo en casa. Si quería estar limpio, tenía que cambiar mis hábitos.
En esta industria, si tomas una decisión así, estás fuera. Pasas de estar pinchando delante de 10.000 personas a estar alejado. Eso es lo que parece, pero no es cierto, sigo aquí, aunque he decidido hacer las cosas diferentes y no volverme loco ante el público. De hecho, espero estar en la escena veinte años más. Por ahora ha funcionado, quizás no estoy en los grandes festivales como solía, pero he regresado y me siento feliz.
Y esto es mucho más importante que las millas de oro que tienes con tu compañía aérea, que en aquellos años las tenía y no me hacían para nada feliz. Ahora tengo una familia, hijo, una casa, amigos y un perro y es gratificante de verdad. No digo “no puedes tomar drogas ni hacer nada de todo ello”, pero en mi caso era estrictamente necesario cambiar de modo de vida y estoy muy agradecido de que haya funcionado el cambio. Todo esto explica mi trayectoria de los últimos años.
Tu honestidad al hablar de este tema me resulta poco familiar, lamentablemente. Me refiero a que hay un gran tabú acerca de todo ello en la industria. Quizás entre los artistas se comenta más a menudo el tema de los excesos, pero de cara al público apenas se transmite nada de todo ello.
Y es una gran paradoja.
En los primeros tres años tenía mucho miedo, porque pensaba que me rechazarían y me juzgarían, porque mostraría que ellos se estaban consumiendo y yo estaba sobrio, y estar sobrio no es divertido. Pero no fue así. Si lo cuentas con honestidad, el feedback es positivo y no es un tabú para nada. Además, en aquellos años hice muchas tonterías, porque si el alcohol y la cocaína son tus compañeros de batalla haces muchas estupideces. La cuestión es, ¿quién quiere hablar de sus debilidades? Nadie quiere, somos todos unos fiesteros y todo está bien. Por supuesto que no, somos seres humanos y hay épocas en en las que las cosas no van bien. Por suerte pude arreglarlo y corregirlo y encontrar mi camino, por eso no me importa hablar de todo ello.
En relación a tu música después de este cambio de vida, ¿te costaba más producir o encontrar tu sonido? ¿Quizás tardaste un tiempo en reubicarte?
Al inicio, en el estudio no podía ir peor.
Entre una cosa y otra, estás tan sorprendido y atareado viajando que no tienes tiempo, o bien estás hecho polvo y necesitas descansar. En ese momento, tanto el sello como el management te piden que te metas en el estudio y tienes una presión imposible por producir algo increíble, así que te encierras con una presión que acaba contigo y con el juego.
Por supuesto, hay artistas que se las apañan para encontrar un buen equilibrio, pero muchos de nosotros tenemos el mismo problema. Empiezas produciendo temazos increíbles, arranca tu carrera, entonces no tienes tiempo para producir música, pero arrastras la presión de “tienes que producir otro Caminando”. Pues no, joder, hice ese track porque estaba en ese mood y no puede volver a ocurrir.
De otro modo, no sería feliz, me estaría repitiendo. Porque de eso se trata, de ir creando algo diferente, nuevo. Pero he tenido reacciones en el público que son terribles, del estilo “Reboot tiene que hacer esto”. Por ejemplo, en un show en Italia el público estaba gritando “Caminando”, y al no pinchar ese tema comenzaron a tirarme cosas. Por supuesto, me gusta ponerlo de vez en cuando y me gusta hacer feliz a la gente, pero mi ego no aguanta pinchar siempre Caminando.
El estudio de Reboot
Como le ocurre a Jeff Mills con su tema The Bells.
Seguro que también, a veces, tiene que estar cansado de escuchar a la gente gritar que pongan The Bells.
Musicalmente tenía que evolucionar, pero me di cuenta de que no todo el mundo quería eso. Ahora estoy en el momento en el que quiero encontrar un equilibrio entre lo que suena fresco para mí y lo que funciona, y eso es todo un proceso. Estoy haciendo sketches sobre un álbum que estará un poco alejado de la pista, algo que quería hacer desde hace mucho tiempo.
El año pasado decidí rehacer mi estudio, lo tenía en casa y decidí unirme a dos compañeros y construimos un estudio impresionante. Acabamos de terminarlo hace un par de meses, así que ahora podemos comenzar a darle un uso completo. Por supuesto grabo cosas como Reboot, pero también hacemos otras grabaciones y proyectos. De este modo puedo ser algo más independiente sobre lo que no me gusta de la industria, especialmente cosas del estilo “Reboot no tiene un millón de seguidores así que no le podemos contratar para un gran festival”. Si esta es tu manera de juzgar a un artista, estoy completamente en desacuerdo, pero haz lo que tengas que hacer. Todo tiene algo que ver con la “aceptación”, y estoy encontrando una vía que me haga personalmente feliz.
En este sentido, veo inteligente el hecho de que no quieras ser tan dependiente de lo que sería tu sonido Reboot, dependiendo de ello para bien o para mal.
Estoy de acuerdo contigo. El problema es que si haces música y comienzas a limitarte a ti mismo, enfocándolo todo a cierto sonido, no sabes si querrás estar solo haciendo eso para siempre. Por supuesto que Reboot estará ahí siempre, pero quizás quiero hacer cosas diferentes, como producir hip-hop o trap o pop, porque me gusta y lo hago para mí mismo. Y si algo de eso sale, pues genial, y si no, no pasa nada. Te aporta inspiración también. Si hago algo jazzy puedo aprender de ello también para mi música electrónica, y así es como la música evoluciona con el tiempo. Y eso no tiene nada que ver con una crisis creativa ni nada por estilo, sencillamente en tu vida das avances y tratas de hacer otras apuestas y no depender del “debo estar en tour”. Porque si un evento me gusta y también la gente que lo organiza, aunque el fee no sea astronómico, elegirlo significa libertad.
He escuchado hip-hop toda mi vida. De pequeño escuchaba el grupo N.W.A. y sí, siempre he querido hacer algunos beats en esa dirección. Pero la gente diría eso no es Reboot. Por supuesto, eso no saldría como Reboot, por eso desarrollo otros proyectos.
Regresando a los tiempos que estamos pasando, y a las próximas e inciertas semanas que nos esperan, ¿qué es lo que tienes planteado para lo que viene?
La situación es la siguiente: me levanto por la mañana y voy al estudio, estoy aquí todo el día rodeado de instrumentos y grabando cosas, sin ninguna presión. Así continuaré durante un tiempo. Sé que en cierto momento saldrán buenos temas, de eso estoy completamente seguro, pero necesito tiempo y tener la libertad para lograrlo, en vez de presión para conseguirlo.
Quería preguntarte, también, acerca de los medios de comunicación especializados en electrónica. ¿Sigues alguna publicación o lees algún contenido en concreto?
Por supuesto, sigo algunos colegas y artistas en las redes, y en cuanto a los medios no sigo la escena desde el lado de las noticias, porque creo que es interesante pero, a fin de cuentas, también hay mucho morbo y rumores. Ya no me importa quién va a hacer qué fiesta en Ibiza o quién será la nueva figura que hará tal o cual evento. Me gusta leer reseñas de discos para ver qué se está haciendo, por ejemplo, pero no estoy tan metido en la actualidad.
Hace veinte años nos encontrábamos todos en la tienda de discos, y eso era realmente social: charlábamos y descubríamos discos juntos… Eso deberían ser las redes sociales, hablar con gente real. Pero tampoco quiero ser alguien que vive en el pasado perpetuo. No juzgo a quién lo hace diferente, pero a fin de cuentas todos deberíamos plantearnos si el futuro que queremos está en las redes sociales que tenemos ahora. En estos momentos se habla también de distanciamiento social o de inmunidad, y ese tampoco es el futuro que queremos. Las redes sociales están recalentadas, y no sé si esto va a mejorar o a ponerse peor. Por ejemplo, al inicio de la pandemia estaba todo el día con el teléfono, y ahora en cambio apenas lo toco. Uno de los próximos post que haré, por ejemplo, será sobre esta entrevista, y hasta entonces poco más compartiré porque, realmente, no se trata de vivir ahí enganchados.
CultDust es una colaboración entre Rhythm Cult Records y Vanity Dust