Entrevista Luigi Tozzi: «Los festivales de música electrónica son como una terapia para el estrés»
Mientras que el sonido electrónico y techno de Luigi Tozzi avanza siendo arrollador y emocionalmente penetrante, su trayectoria evoluciona estable desde su mente como un centro puro de operaciones pausadas y comedidas.
En esta entrevista exclusiva, con el Paral·lel Festival 2018 acercándose cada vez más, el lúcido artista italiano comparte con Vanity Dust sus proyectos actuales, su visión de la electrónica made in Europe —con diversas escenas que suben y bajan— y cómo entoma positivamente el viaje para pinchar como modo de vida y constante aprendizaje.
Por lo que se desprende de ti en entrevistas anteriores se nota que tienes muy en mente el balance entre el tiempo para producir y el tiempo para actuar.
Lo veo con muchos artistas que pinchan demasiado: eso se refleja en su discografía, aunque no tiene relación con su calidad, sí la hay en relación con su productividad. Puede ser que llegue un tiempo en el que puedas permitirte pasar un año sin pisar el estudio, pero no es mi caso, yo tengo todavía que aprender un montón de cosas. Además, me encanta pasar horas en el estudio trabajando y de ahí surge mi equilibro entre las giras y producir.
Una vez escuché hablar a la manager de un artista importante y parecía que la situación de ese artista era casi la inversa: tenía que forzar el tiempo para entrar en el estudio, porque lo fácil era estar siempre pinchando alrededor del mundo. Y eso me trae también a muchos artistas que fuerzan el live para lograr giras.
Para mí, lo del live es algo muy orgánico, porque hago tracks que no van a salir como EP; son temas que hago para ser pinchados en mis actuaciones en directo y creo que mi público aprecia la música especialmente hecha para los lives, más allá de los releases.
Hago edits de tracks que no van a salir y que están pensados justo para que la gente los escuche en la próxima actuación; no pienso tanto en producir tracks a medio plazo, es decir, no me fijo en que algo de lo que estoy haciendo vaya a salir dentro de un año o dos. Así es como veo los live, algo que cambia constantemente y que va dirigido a un público informado acerca de lo que hago e interesado en saber hacia dónde va mi sonido.
Al pensar en los live, también me pregunto cómo eran los dj set en épocas anteriores. Porque, antes, no todo el mundo tenía la misma maleta de discos, y por eso los dj viajaban con su música expresamente para ponerla al público. En los clubes escuchabas cosas que antes no podías encontrar en ningún otro sitio. En cambio, ahora, es solo con los live que se puede escuchar algo que en otro sitio no se encuentra.
Me parece que dentro de los artistas también hay mucho intercambio de tracks, como colaboraciones desinteresadas entre unos y otros. No lo veo como algo elitista, sino como algo especial entre creadores. ¿Tú cómo lo ves?
Sí, esto es muy interesante. Lo veo mucho en el minimal rumano. Tengo un amigo que está metido en ello y los intercambios entre artistas son constantes. Con los sellos también se puede hacer, con Hypnus, un sello muy amigo y cercano, también lo hacemos, incluyendo tracks que no se van a lanzar. Intentamos tener los discos del año masterizados antes para que podamos pincharlos. ¡Pero para lograrlo hay que ser muy organizado!
Háblame brevemente de Hypnus…
Nos conocimos online con su fundador cuando su sello estaba comenzando y nuestra relación es muy buena, nos llevamos como hermanos. Siento una conexión muy directa tanto con él como con el sello y sus lanzamientos.
Yo siento algo parecido con Rhythm Cult desde el lado de la comunicación. Es interesante y bonito sentir esta conexión con proyectos de amigos para así dar más perspectiva a los proyectos personales. En tu caso debe ocurrir más desde el lado musical y creativo.
A veces va muy bien que te apoyen con otra visión en los mixes o los lanzamientos, porque cuesta tener una idea del "producto" final. Hay producciones que duran meses, y es complejo tener una opinión interesante si la gente no conoce tu sonido y tu estilo. Por eso es bueno recibir inputs productivos y creativos. El propietario de Hypnus me da una confianza muy fuerte, te diría que es con quien confío más actualmente.
Siguiendo en el campo de la música electrónica, tú conoces una parte importante de Europa que yo desconozco más, que es la Europa del Este. Tengo la percepción de que desde aquí, en zonas mediterráneas, se va mucho al centro de Europa, sobretodo a Alemania o Inglaterra, pero en cambio todo ese universo que es Europa del Este no acaba de despertar el interés, cuando hay un potencial tremendo en ese tejido.
¡Avanzan mucho más que nosotros! En primer lugar, porque tienen los espacios. Por ejemplo, en Roma tenemos un problema con eso. Es imposible encontrar un hangar en una zona cualquiera del centro. Los jóvenes tienen hambre por hacer cosas y tienen mucha curiosidad por todo lo que es nuevo.
En Rumania, por ejemplo, se va mucho con el minimal.
Háblame de tus giras por países emergentes en cuanto a electrónica, o de festivales en los que hayas pinchado y recuerdes con buena sensación. Cuesta mucho convencer al público mediterráneo que abra su perspectiva de miras y se mueva hacia cosas nuevas.
Estuve en el MoDem en Croacia, que es principalmente psy-trance. No es tan conocido en el círculo del techno, pero es muy grande. El deep techno encuentra su espacio en los festivales psy-trance dentro de los escenarios más pequeños. Para mí, la conexión entre el trance y algunos subgéneros del deep techno es clara. Volviendo al festival, lo recomiendo mucho, en una reserva natural y maravillosa, y además está muy bien curado. ¡Tienes que verlo en fotos y luego vivirlo! Hay otros festivales en Praga y mil otros sitios que están fermentando muy bien. En Berlín está el Freqs of Nature, estuve el año pasado y es precioso.
Regresando a las escenas locales, quiero comentarte que tengo la buena sensación de que en Barcelona está ocurriendo un cambio de tendencia. Tras muchos años de sequía y de tener festivales potentes solo en verano, hay nuevos movimientos en festivales y clubes con buena programación el resto del año, y no hablo de los típicos clubes. Mientras que a nivel político el desorden y los intereses macro miran hacia otro lado, mi sensación es que está naciendo cierta independencia en lo local, que se harta de esperar mejoras desde fuera o desde arriba y se autoorganiza con las autoridades locales para poder funcionar con cierta autonomía. Obviamente, no es Berlín, pero me pregunto cómo está Roma o Italia en este sentido.
Si el tejido cultural no se imbrica con lo local y tampoco lo entienden así las instituciones, el problema es serio. Respecto a Roma, estoy triste, llevamos años de caída y no veo final. Creo que las instituciones se dan perfectamente cuenta de ello y solo les interesa si trae turismo. El turismo de Roma es muy diferente que el de Barcelona o Berlín, porque no tenemos un turismo joven, sino que vienen japoneses o americanos por un turismo histórico. En Roma, en mayo todo para y tienes un verano parado. Por eso, no interesa mover noches electrónicas o eventos. Para encontrar un local con buen volumen tienes que irte fuera de la ciudad, y no compensa y no parece que vaya a haber cambios. Desde los noventa estamos así y veo difícil una perspectiva de cambio.
Lo que más me importa es que las ciudades, sean de donde sean, tengan espacios para la gente que trabaja toda la semana y quiere salir el finde a escuchar música y relajarse; y no necesariamente a meterse estímulos ni treinta gintonic. Los festivales son también una buena vía para ello y, aunque son diferentes, son una consecuencia de la salud de la escena.
Es lo que yo buscaba cuando la escena estaba un poco mejor. Hay muchos lugares a los que iba que han sido cerrados, y es una auténtica pena.
¿Cómo sigues tú a nivel de clubes, te gusta salir o te sueles quedar en casa produciendo? Es decir, ¿cómo es tu forma de viajar para las actuaciones?
Esto está cambiando un poco. Antes viajaba el día antes con tranquilidad y solía tener un día de margen para conocer a la gente que me había invitado. Ahora quizás voy con menos tiempo, pero sigo dedicando tiempo a las personas que me han invitado y así puedo comprender el lugar en el que voy a pinchar. Me parece humanamente muy interesante. Así veo por dónde va el grupo que me ha invitado y me gusta tener el pulso de la escena; eso no quiere decir que visite la ciudad como turista.
En cuanto a las giras, ¿sueles tomarte breaks?
Sí, he hecho parones de dos meses, por ejemplo, con apenas 3 giras. Soy yo el que decide y programa los timings y los breaks me van bien para parar y producir. De este modo, integro e incorporo con lo que aprendo durante el viaje.
Es muy interesante lo que dices. Porque no es fácil entrar en el mundo de la música electrónica como dj, periodista o productor de eventos, pero una vez te asientas dentro puedes entrar en una dinámica sin descanso, y vives en una burbuja que te aísla del resto del planeta. Pasas a ser alguien que solo se relaciona con gente del mundillo y vive casi como un deportista de élite o un jugador de algo, como si fuese un sueño pero aislado de la realidad.
Exacto, no es mi sueño pertenecer a este mundo únicamente. Claro que mi sueño es viajar y hacer música, pero con unos timings que me permitan salir y parar para pensar y reflexionar. Me esfuerzo mucho por tener un equilibrio. En todo caso, tras los parones breves, sigues y aprendes, en vez de seguir compulsivamente hacia lo siguiente, así tienes tiempo para disfrutarlo. En la vida, las relaciones vitales son mucho más duraderas que esta burbuja.
Quería preguntarte también por otro mundo, que para mí también es importante, como la literatura u otras artes. ¿Eres lector? ¿Mantienes este hábito?
Viajar me ayuda mucho con la lectura, porque tengo muchos momentos de soledad. Cuando viajo tengo mucho más tiempo para leer que cuando no viajo. De hecho, lo hago de forma muy intensa. Normalmente, con las horas de avión, suelo leer un libro por semana. Ahora, por ejemplo, estoy leyendo en francés porque hice la escolarización en francés y quiero retomarlo. Me va bien para desoxidarme. Pero, en general, toda la literatura norteamericana, como Fitzgerald, Hemingway o más reciente Don Wislow, me interesan mucho. Incluso Bukowski, de raíces alemanas pero vinculado a la cultura estadounidense, me interesa. Los clásicos rusos me influenciaron mucho en su momento. Y tengo la intuición que volveré a ellos, porque existe la idea de que es bueno leerlos varias veces en la vida para comprenderlos en cada momento diferente.
¿Qué hay de la literatura o el cine italianos?
No estoy muy metido, ¡en realidad le tengo alergia! Quizás porque en mi familia vienen del cine italiano y mi madre es directora y guionista. Así que, quizás por eso siempre he buscado en otros lados.
Tu búsqueda ha ido hacia lo musical, qué duda cabe, ¿no?
Sin duda.
¿Y qué piensas del videoarte? En Barcelona, en los festivales más urbanos y durante el año, como Mutek o Mira, se hace mucho hincapié en las instalaciones y el juego visual junto con la música electrónica.
Me gusta mucho cuando las visuales están bien hechas. Todo el trabajo que hace Raster Noton, por ejemplo, me encanta. He pensado en hacer algo con mi live, pero tiene que salir orgánico. En cuanto a hacer música para el cine, muchos productores se prestan a ello; pero yo me he dado cuenta de que no tengo la experiencia y, por otro lado, no estoy en un momento para que me digan lo que tengo que hacer. Quiero conocerme a mí mismo haciendo música, no programando para otro proyecto, por lo menos, por ahora. Quizás más adelante, con más experiencia, pero ahora mismo no me interesa especialmente.
Dentro de tu proceso de autoconocimiento sé que estás trabajando en un álbum, el segundo.
Sí, el primero fue en 2016.
¿Cuántos años tenías en 2016?
Tenía 25 años, ahora 27. Y estoy trabajando sobre algo que no sé qué va a ser. Empezó siendo ambient pero estoy ahora plasmando unas sensaciones muy fuertes. Es una sensación que me llega después de parar durante los viajes. Es como un impulso inspiracional de todas las personas que he conocido viajando y las experiencias que he tenido. Avancé mucho durante poco tiempo y ahora estoy produciendo más pausadamente, creando cosas diferentes. Quiero ver si ambas cosas se pueden mezclar en un solo proyecto...
Ahora estás con el álbum, pero en una fase más tranquila, ¿entiendo bien?
Sí. Es un proceso diferente que el primer álbum. En aquel momento saqué la parte creativa en una semana y luego trabajé durante meses el material. 12 horas cada día. Ahora es diferente, más racional, pero no sé cuándo ni como se va a acabar. Quizás después del verano, pero no estoy seguro.
¿Te marcas horarios para trabajar?
En general, por la mañana trabajo mejor, es decir, no soy alguien que trabaje de noche. ¡No soy de esos que curran de noche tomando copazos!
¿Se lo dejamos mejor a Bukowski?
¡Exacto! Él tenía que hacerlo para funcionar. No puedo decidir cuándo va a funcionar en mi caso el trabajo, pero suelo estar mejor por la mañana y me fuerzo un poco si veo que estoy demasiado tiempo alejado del estudio. Y hay gente que funciona de otro modo, y no pasada nada, o con horario en su propio estudio. Me gusta la sensación de trabajar con cascos y el ordenador, porque soy mucho más flexible y puedo hacerlo donde quiero. Tengo también un estudio para hacer la masterización, pero la parte creativa puedo hacerla donde quiero. Estoy muy contento de haber cambiado el set up al mundo digital.
Creo que el debate entre analógico y digital ha quedado superado, que ahora se trata ya más bien de convivencia. ¿Cómo ves la situación respecto a hace unos años?
La visión que hay depende mucho del lugar, aunque me gustaría que fuese como tú dices. Tienes Francia y Alemania que te rechazan cuando llegas con tu ordenador y, luego, hay otros lugares en los que lo que les importa es lo que escuchan, más que cómo lo haces. Lo que me da ansiedad a mí es cuando ves que la gente se preocupa más de lo que ve que de lo que escucha. Y todavía hoy esta sensación es enorme.
Como si tuvieses que demostrar que el trabajo es físico y no mental. Cuando en realidad elegir tracks es ya de por sí un trabajo muy serio.
Sí. Eso es un trabajo que no se ve y no se toca pero que es muy importante, y me pone triste, porque la música no se ve y solo se escucha. Yo colecciono vinilos y me gusta este mundo, pero lo veo un poco obsoleto a nivel de producción. Eso no quita que comprenda perfectamente a la generación que ha crecido con vinilos, y creo que empezar pinchando vinilos va genial. Soy de los que piensa que aprender las funciones técnicas es igual de importante, pero ponerse en un pasado como punto de salida no lo veo muy interesante, la verdad.
Intento preocuparme por el presente y en lo que estoy haciendo... y no quiero pensar en dónde estaré dentro de 10 años o dónde estaba la década anterior.