Leí Lunar Park tras una larga travesía por mi desierto mental, cuando tenía 21 años. Todavía recuerdo a la perfección el comienzo de la novela, cuando Bret Easton Ellis -narrador y personaje- comenta, así a la ligera, que lleva varios días -¿semanas?- durmiendo en el sofá de su mansión de Beverly Hills y levantándose con aliento a vodka cada mañana. En su cama, afirma, duerme su mujer, una bella modelo que gana algo así como 3 o 4 millones de dólares al año. La novela, lentamente pero sin pausa, se convierte en un thriller delirante en el que sus dos hijos, sobremedicados con fármacos psiquiátricos, cobran un patético protagonismo.

Me costaba digerir, tras la lectura de Lunar Park, que el mismo Easton Ellis hubiese escrito Lunar Park como 20 años antes. El chaval debutó con 21 años, con una novela que muchos consideran que fue capaz de captar el zeitgeist de los ochenta en la clase acomodada de Estados Unidos. Niños pijos de papá que se drogan compulsivamente, que se sienten más solos que Risto Mejide en una biblioteca y que están muy buenos y follan entre ellos e, incluso, con sus dealers para conseguir merca. Si en Lunar Park veías esa ironía y capacidad de autohumillarse de Ellis, en Menos que cero la novela te llevaba a una sordidez y parquedad extrema. Los rumores acerca de esta novela afirman que Ellis la escribió ciego de ácido en tres meses. Él mismo, cansado de desmentirlo constantemente, afirma que la trabajó durante varios años y que sus profesores de en la Universidad le ayudaron en sendas correcciones y sugerencias. Me lo creo. Si no fuese así, Lunar Park no existiría. Por cierto, la película es lo peor.

3. AMERICAN PSYCHO

Como el común de los mortales en España, primero vi la película, y sin saber que estaba basada en la novela de Ellis. Me gustó relativamente, tendría unos 17 años. De hecho, casi juraría que leí Lunar Park sin saber que Ellis había escrito American Psycho. Sea como fuere, con más o menos droga y putas de por medio, cuando pillé American Psycho pude trazar, al fin, la trayectoria bien definida de Ellis. En Menos que cero vuelcas la mierda que te rodea, y resulta que sale un caballo ganador y necesario, que levanta asco y admiracóin por igual. Tu nuevo estilo de vida, contactos, chorbas, business, te llevan a pasearte con ciertos aires de yo soy el artista y vosotros unos grises economistas venidos a más por las altas esferas neoyorquinas. De ahí, con la brutal empatía con la que te desenvuelves -siendo colega cuando toca, yonkie cuando es preciso e hijo de puta cuando no queda otra- te sacas American Psycho de la manga. Luego, ya cuando vas bastante de vuelta tras su exitazo, te sientas y ordenas tu pasado trabajando con ganas tu delirio y el personaje que inevitablemente se ha apoderado de ti, aunque hayas conseguido hacer las paces con él.

Patrick Bateman, poco o nada hace falta decir a estas alturas sobre su adicción al dinero, la coca, los cánones de belleza, las putas y los cuchillos recién afilados que lucen especialmente cómplices en según que noches por las alturas de Manhattan.

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4. IMPERIAL BEDROOMS

Una secuela de Menos que cero muy discutida, en la que los protagonistas de la primera novela de Ellis ya son mayores y siguen, con sus más y sus menos, gozando a partes iguales de cierto éxito en el mundillo del famoseo de Los Ángeles y de sendas dosis de infelicidad y estupidez.  ¿Por qué fue discutida? Básicamente porque no sorprende, es realmente un Menos que cero 2, con la prosa que siempre ha desarrollado Ellis, seca, concisa y carente de vida, algo más pulida, y el mismo tipo de trama que ha trabajado toda su vida. ¿Acaso eso es malo? No lo veo así, para nada. Una novela para hooligans de Ellis que no esperan una obra maestra, sino un cínico paseo por la vida y miserias de unos personajes a los que siempre es entretenido y pedagógico visitar. Usé la portada para un trabajo de diseño en la Universidad, en mi último año, fingiendo que era mía, y coló, sin más.

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5. GLAMORAMA

No pasa nada, sí, es cierto que aquí al señor Ellis se le fue la olla. Glamourama es un esperpento de famoso extremo, mezclado con una trama terrorista trash y mamoneo del fino. ¿Resultado? Unas 600 páginas con apuntes lúcidos y graciosos y una cantidad ingente de movidas que como mucho logran hacernos pasar las páginas más rápido. ¿Merece la pena? ¿Acaso no es bonito ver delirar a un tipo que, pese a que a veces se pone pesado, es capaz de liarla bastante parda?

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6. THE INFORMERS

Si sus grandes obras son como pegar unos polvazos épicos con la chica más perversa, guarra e insaciable que te puedas imaginar, los relatos de Los confidentes son como una aceptable paja de puro trámite antes de ir a la cama.

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7. THE RULES OF ATTRACTION

Una consecuente pero deprimente resaca literaria tras el festival que le supuso escribir Menos que cero.

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Se dice se comenta que en 2015 saca nuevo libro. We'll see.

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