Carnús Microfestival: Y bailamos en una pocilga de cerdos con beat
Hay un prejuicio cómodamente instalado en aquellos que vivimos en grandes ciudades, como Barcelona: pensar que casi todo lo interesante que ocurre a nivel cultural pasa por alguna calle del mapa de la ciudad. Que si no estás en una ciudad con más de dos millones de habitantes, apenas podrás encontrar buenos eventos y proyectos que tengan que ver con la música electrónica, la literatura canalla o el arte en su versión más killer.
Por suerte para todos, hay casos que nos dejan como meros urbanitas engreídos que nos revestimos de ciudadanos del mundo cuando, en realidad, somos demasiado vagos para reconocer e investigar que hay movidas que molan mucho (incluso más que en Barcelona) y no están en una gran ciudad ni pasan por un baño en un spa de una casa rural.
El pasado 17 de diciembre, en la localidad catalana de Moià, tuvimos un buen ejemplo de ello y, en mi caso, la fortuna de poder dejarme por ahí con mi mesa de mezclas para pinchar un rato en la tanda electrónica de la noche. Además de performances poéticas, musicón, una exposición fotográfica de la gente de Polaroid of the Day y un proyectazo que estuvo activo all day long and night y que nos sacó fotos a todos los participantes, uno de los atractivos de Carnús fue su espacio: una antigua pocilga reconvertida para que fuésemos algunos seres humanos los que nos revolcásemos por los suelos. Como cerdos. Pero bailando.
Sin más que desear una nueva edición (a sabiendas del enorme esfuerzo que supone mantener y desarrollar de manera independiente un evento con más de 15 artistas participantes venidos de todas partes y de varias disciplinas), comparto un de mi set para recordar mi intento devocional para petarlo. Enjoy!