Entrevista a Riot Über Alles
Riot Über Alles (Barcelona, 1979) ha viajado por todo el mundo. Pero prefiere escribir desde Lloret o desde la terraza del hospital al que acude para tomar unas cañas una vez a la semana. Es poeta, ilustrador, diseñador, miope y gran fan de Michael Dudikoff. Hablando en plata, tiene a sus espaldas cuatro libros de poesía y es co-fundador de la plataforma artística EAT MEAT ubicada en BCN. Mussolina (Aristas Martínez, 2011) es su nuevo libro. 2 horas de entrevista, aunque el final es difuso, por temas ajenos a la organización.
"La implicación en el libro me erosionó, ¿ves esta cicatriz?"
Riot de vacaciones playeras, exhausto pero festivo tras la publicación de Mussolina. |
-Mussolina, tu nuevo libraco, tiene dos partes bien diferenciadas. Todas tienen ilustraciones preciosas y optimistas, eso sí. Pero son dos partes diferentes. En la primera tenemos poemas y, en la segunda, el fucker cut-up burroughense. ¿Y esa bipolaridad esquizo?
[Riot se enciende un cigarro y se rasca el cogote, luego se levanta de la silla, la coloca milimétricamente bajo un criterio que no entiendo, como quien cuelga un cuadro, y se vuelve a sentar]
-La primera parte fue sin querer.
-¿Sin querer?
-Después de Veritas Odium Parit quería parar y buscar otra movida, no repetirme. Yo mismo había jurado con un crucifijo invertido delante del espejo un viernes 13 que no volvería a escribir más poemas de ese tipo, y lo tenía bien claro. Esto hizo que mi recaída fuera sin pretensión, una manera de hablar a los demás de nuevo sin querer. En realidad la cosa iba solo para mi pareja. En plan cutre, ya sabes. Para alisar la sábana, y eso. Buena vida.
-Cierto, en Mussolina se te ve como "más feliz".
-Soy muy aficionado a los libros que buscan "la felicidad". Me miro detenidamente las fotos. Y salen gráficos que puedo entender. Puedo cosificarlo, es entendedor. Porno. La Vanguardia. Tu álbum familiar. Eso. ¿Nooooo, eh, o sí? ¿Sí?
-Sí- respondo con cierto miedo. Se le conoce desequilibrio a Riot, qué duda cabe. -¿Como los libros de gatitos?
-No. Para eso son mucho mejores los calendarios.
-Entonces, antes de entrar a discutir si te van más los siameses o los callejeros -gatos, me refiero, no a tu consabida opción heterosexual de cara al corpus jurídico- ¿ha habido algún bello cambio en tu vida que te ha llevado a esta situación de tan caribeña condición?
-Salir de la cocaína me fue de puta madre. Vivía en el espiral de coca y destrucción, tenía la picha como el plastidecor de un mongólico. De ahí que Veritas fuera un libro tan acerca de la mierda pura y sin filtro, puro rencor de deshauciado. Espero no tener que volver a escribir un libro como ese, me cago en la puta. Por otro lado, estaba en un vacío creativo, y el libro me permitía
apoyarme en algo. Cuando lo huelo, exhuma azufre. Fueron momentos de mierda, con pocas ganas de vivir. No soy ya la verbena ni el alma de la fiesta que fui antaño. Tengo 31 tacos, bien entrados. Puedo volver a controlar mi ira, a pesar de seguir siendo más bien idiota. En Hierro Lamido encontramos ira contenida, mucha ironía; pero no sarcasmo. Ahora soy más viejo, más calvo, más gordo y con más tiro. Tomo distancia, cosa que con Veritas era imposible. La implicación en el libro me erosionó, ¿ves esta cicatriz?
[Riot se pone de pie y me muestra un tajo en la espalda. debajo de una camiseta de Death in June. Es como el mordisco de un tiburón, todavía pendiente de cicatrizar. Prefiero cambiar de tema, como si fuera lógico que escribir un libro como Veritas equivale a una entrada por la puerta de atrás a un acuario en bancarrota]
-Los que te conocemos a través de tu ebria trayectoria, sumamos a nuestro favor tu imaginario de producción literaria: descarnado, voraz. Verso a verso nos endiñas un cuchillo oxidado. ¿Qué tenías en mente con Mussolina?
-Fueron imágenes de carácter íntimo. Eso me lleva a pensar que fue mi recién estrenada "estabilidad emocional". Pasé a hacer cosas agradables, como tomar drogas con otro ritmo o ver series… Pero, aunque esos cambios se noten, obviamente no hago poesía "de la experiencia". Me parece un artefacto completamente trasnochado. A nadie le interesa lo que hago un sábado por la noche. No cuento nada de lo que me ha pasado realmente, ni siquiera llego a bosquejarlo. Mi poesía es técnicamente mentira. Porque el argumento per se, lo que es meramente lo que cuento, no ha ocurrido de ningún modo y ni siquiera se parece. Son otras cosas que las que puede traslucir: un estado de ánimo, el tono, el tratamiento de los temas, por muy ficticios que sean. Quizá esto sea un destello de ternura, pero de ninguna forma se puede trasladar a mi propia lifeline.
-Sí, muy bien, pero no me jodas, dejas emerger la ternura para luego decapitarla.
[Riot simula que se corta el cuello con el dedo índice, luego sonríe a carcajada limpia, se recuesta en la silla, saca el móvil lo tira al aire y lo recoge del suelo, se lo guarda en el bolsillo y comienza a liar otro cigarrillo]
-Mi anterior libro, Veritas, lo escribí bajo un fuerte sentimiento de pérdida. Y eso es dolor, claro. -y ahora es Riot el que cambia de tema por las buenas-. La poesía debe parecerse a la novela, no en el sentido lírico, ni tampoco -como decía antes- contando lo que estuve haciendo ayer por la noche, con mi gintonic y los colegas y mi novia y mi abogado, el que llevo aquí colgado. Quiero decir que se trata de ofrecer algún tipo de valor literario, de lo contrario te lo contaría por teléfono, y listos. Debe ser veraz con la vida de uno mismo, sabiendo que al mismo tiempo será formalmente mentira. Los escritores mienten, y los que no lo hacen están afectados por la falta de imaginación. Si alguien me cuenta su vida -la de verdad- en un poema, me produce una grima de nivel UCI: el tipo considera que su vida tiene algo de interesante para los demás. Y eso NUNCA es así, a no ser que estés muerto (y entonces es muy difícil contar nada). Tus grandes aventuras y desventuras, no me jodas: para eso te compras un perro, o pagas más teléfono.
-¿Y qué cómplices tiene Riot?
-Lógicamente, te acercas a los tuyos por afinidades. Mis cómplices no tienen necesariamente oficio, pero siempre tienen "alma" (término metafísico sub judice pero prístino en sus intenciones). Acercarte a otro escritor por el mero hecho de ser "escritor" me parece pornográfico. Cuidado, me encanta la pornografía, pero en este caso lo digo negativamente. No tiene por qué ser una relación válida, acercarte como profesional a otro puede ser tan frío como ir a Hacienda. Si vas a otro como escritor estás siendo un gilipollas. Ueah. Acercate a las personas, no a sus oficios. Ueah.
-Bueno, muy bien, ¿Y qué hay de la segunda parte del libraco?
-Sí, el libro debería haber empezado por esa segunda parte. Natural, sin forzar, sin voluntad de. No consideraba que pudiera ser publicable, de ahí su honestidad. Me lo quería pasar bien, que fuera divertido, a través de la intuición y la mera apetencia.
-¿ Y te pusiste a leer la prensa? Así, ¿por las buenas?
-La idea ha sido violar sistemáticamente la sintaxis de la noticia. Ni siquiera me he leído un artículo entero de los que aparecen en las noticias. Relacionaba grupos de palabras, al azar, y encadenar una frase a la otra me llevaba a redactar otras, de manera casi automática. Era como entrar en un almacén de química, ¡hacer unos juegos ahí en plan aleatorios, y a ver qué es lo que explota!
[A Riot le brillan los ojos cuando menciona violación sistemática y explotar]
-Fue fácil el camino? Por como lo explicas, parece que te vino rodado.
-Para nada, hubo varios intentos fallidos. Cosas que no te llevan a ningún lado, a ningún camino, que descartas. Incluso cambié textos de lugar a la hora de editarlo, igual que saqué algunos en la edición final.
-¿Qué piensas de la prensa actual, tu base de inspiración?
-Está bien, porque algo tienes que poner en el suelo cuando friegas. O agujerear fotos. Pintar enormes pollas en la boca de hombres o mujeres, a la altura de los labios, o dibujar esvásticas en el brazo.
-¿Veremos un libro así?
-Hice experimentos en esto, la grosería siempre me ha interesado. Es muy castizo, muy español, como una enfermedad de transmisión sexual. La sal gruesa celtíbera.
-Y el poso de los poemas, gran parte ilustrados, ¿qué relación guardan, Riot, son como la extensión del verso?
-Tu reflexión, no por desacertada, es correcta e incorrecta al mismo tiempo -me guiña el ojo y chasquea los dedos-. Todo parte de un mismo punto, un mismo sentimiento. Un estado mental que va encontrando sus formas. La imagen es agresiva, dura, cáustica. Trabajo el feísmo, el shock visual, barato. Es como la peli del sexto sentido, solo la puedes ver una vez. Porque luego no tiene ninguna gracia. Se trata de sacar la movida del interior al exterior, con el mínimo número de víctimas posible por el camino. Yo trato de salir lo menos perjudicado, más que nada por una cuestión práctica. Y ahora, si me permites, empieza lo incorrecto.
La ilustración puede compartir valores con un texto, sutileza, o la idea de que ambas cosas entran por los ojos. Pero eso son cosas generales y ambiguas. En realidad, al final, la alta costura es hilo, tela, aguja y filipinas, al igual que la alta cocina son productos de mercado de toda la vida sobrevalorados hasta puntos insultantes.
-¿Son dos movidas diferentes, entonces? Me ha gustado el tema de la alta cocina, pero es que antes me ha caído el filtro al suelo y me he perdido.
-La palabra y el poema son descriptivos, dependen de la sintaxis para transmitir. En cambio, siendo como soy un practicante del expresionismo, obsesionado con el contraste de claros y oscuros, el trazo y el brochazo, me decanto por lo menos narrativo, lo simplificado. Con un dibujo puedo explicarte un sentimiento que puedes entender. Algo malo, por ejemplo. Pongamos que estás gritando, pero no sabes el qué, ahí lo tienes. Me explico, ¿eh?
-¿Y tienes alguna metáfora maja en mente?
-Me cuesta menos decir en esta casa de ahí al fondo que no dibujar esa casa de ahí al fondo. Tampoco paso demasiado tiempo con nada. Me conozco y de tanto relamer la cago.
-¿Y qué hay de tu vida ahora, después de Mussolina?
-Soy un español de bien, gente de orden. Buen vecino, presidente de la escalera. Violaciones las justas, todo controlado. Como una navaja suiza, puro orden y disciplina. Nunca me sale nada mal, y por eso estudié económicas. lo tengo todo atado y bien atado.
-Cómo llevamos bastante tiempo hablando de tu pintura y de tu poesía, algo poco común en los tiempos que corren, ¿Te consideras vanguardista?
No. Sí. Quiero decir, sí aciertas en lo de vanguardia, pero no en lo de poner dibujitos en el libro. Porque siempre, si quieres ilustraciones, tienes que pedirlo como favor a otros. Y los favores luego hay que devolverlos. De ahí mi multiplicidad de oficios. Los libros que tienen mucha letra y muchas páginas y más letras se me hacen cuesta arriba. Por eso me gustan los que te comentaba de autoayuda. Quedan bonitos con tanto gráfico y dibujito. Así que me lo hago yo todo, y es trabajo que me ahorro -perseguir a la peña con maneras poco ortodoxas-, menos favores. Y curro que no pago. Esto me viene de los fanzines. Cada uno curraba y hacía lo que podía, pero al final ni dios enviaba nada y lo tenía que hacer yo solo, conmigo mismo y mi mecanismo.
-Pero regresemos a las vanguardias, aunque no sea por los dibujos, eres un vanguardista de cojones, ¿verdad?
Tengo muy claro que soy un grandísimo escritor y más claro todavía que a un medio plazo, diría corto tirando a medio, ascenderé en vida a la condición de clásico. Ya que mi discurso es super especial, tope iconoclasta moderno de la hostia, y soy super único, además. En realidad, nadie escribe, solo yo. Debido a esta revelación, me autodenomino vanguardista y ahora mismo estoy confeccionando un álbum de fotos en los cuales se me puede ver a mi en diferentes posturas, tanto en el bar bebiendo con intelectuales de mi quinta como caminando por la calle mezclado con la gente normal. Y también una larga saga de fotos en los que se me puede ver trabajando en mi estudio con la mano en el mentón.
[A lo largo de esta acelerada respuesta, Riot se ha subido a la silla, se ha quitado el sombrero y ha gesticulado a modo de pregonero]
-¿Qué hay de los niños?
-Siempre estoy rodeado de niños, a los cuales voy adoctrinando. Porque siempre he pensado que es bueno que los niños se acerquen a ti. Es señal de divinidad. Ellos perciben el don, igual que los perros y los retrasados mentales y mis camellos de drogaína. Todos ellos perciben mi don para cosas que, aunque sean una completa mierda, están destinadas a engrosar las filas de la literatura universal. Por eso he adelgazado cinco quilos y visto ropa moderna, para prepararme para los baños de masas, cuando me saquen fotos con mis amigos escritores, en un futuro, cuando los pajilleros de veinte años compren mi obra. Eso es lo que tendrán que hacer. Eso es lo que pienso los martes y los jueves y el primer domingo de cada mes.
-Para terminar, antes de que inicies tu ritual de vestirte como Napoleón, -que Riot lleva practicando desde los 9 años-, cuéntame cuál es la movida para 2012.
- Así está la cosa: Artista de vanguardia, que se encuentra en su peso ideal, sistemáticamente a la última. El must del año 2012 es afiliarse a un partido de extrema derecha, de carácter sectario, y empezar a...como lo diria...autolesionarse. También en no parar de repetir a todo el mundo en cuanto te presentan que eres escritor y que estás muy amargado y que, al tiempo, te preocupan tanto las nuevas ornadas de autores basados en sus propias experiencias como el que por fin legalicen las armas en España y que se conquiste por fin Portugal y Andorra. Engrosemos la piel de toro en estos tiempos aciagos. Pantalones abajo, marinero!!!
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