Conversación con "ese otro" acerca de una mortecina carta de rechazo
—No es que sea tu culpa, no es del todo eso. Pero, joder, lo que es todavía peor que eso es que llevabas ya como tres o cuatro años convirtiéndote lentamente (pero sin cesar, como uno de esos jodidos djs que decide parar la música bajando los bpms como si se hubiese apagado la máquina con el vinilo todavía girando) en el típico menda que escribe de rollos culturales —bueno, en tu caso techno, fiestones y todas estas movidas sórdidas que intentas justificar más allá del ciego y el cortejo— en plan guay (en un formato del palo "smart" de los de ahora) pero que podrías perfectamente sudar de sus chapas y quedarte tan tranquilo.
—¿Quieres decir que me estaba convirtiendo en una especie de mainstream?
—Llámalo así, si quieres, tú mismo. Pero te lo diré en otras palabras: lo que estás haciendo ahora mismo, es decir, estar realmente jodido y hundido por algo y sentarte a escribir generando un personaje (es decir, yo, tú sabras quién soy, ¿no?) con el que intentar construir un bote salvavidas para aguantar un ratito más a contracorriente, esto mismo, hace siglos que ni se te pasaba por la cabeza hacer. Y te diré por qué eso es grave, porque tanto artículo, tanta prensa, tanta review y tanta crónica te han alejado de lo que logró hacerte pasar más llevadera tu existencia incorpórea en este plantea.
Venga, haz memoria, coño. Cada puto día, durante varios años, como mínimo dos, esta dosis de desahogo onanista-existencial era de lo poco que realmente lograba relajarte a nivel mental como lo haría una paja en tus neuronas. En este lugar, aquí, tal cual, resituabas lo que te rodeaba, le dabas un par de sacudidas, lo publicabas más o menos terminado y, oh, mira qué jodida maravilla, luego podías levantar la vista y hasta volver a andar. ¿Hace cuánto puto tiempo que caminas con una chepa de buenas intenciones, planos y proyectos a todo tipo de plazos que, no obstante, eres incapaz de tramar unos cuantos seguidos y con decencia hasta el final?
—Me parece que en eso estamos muy, muy de acuerdo. Joder, te echaba de menos, tío.
—Venga, ahora no me hagas la pelota fácil porque de golpe te sientas mejor y tengas ganas de terminar el artículo, ¿ok? Reconoce que todos estos intentos por dedicarte en plan pro a escribir como hacen los periodistas —venga, ¿en serio llegaste a tener en tu puta bio de Twitter "periodista electrónico"? ¿Y en inglés "electronic fuckin music fuckin journalist? ¡Eres la puta hostia, joder! Si te pagasen en droga podría hacer un esfuerzo para empatizar un poco más contigo y no seguir descojonándome.
—Oye, vale, lo pillo. Me siento mejor y he tocado fondo otra vez más, pero esta vez con un deepthroat tan épico que has tenido que regresar tú para sacarme del asunto.
—Tampoco te flipes, que no soy el fundador de YouPorn. Dejémoslo en que los buenos colegas están ahí para cuando los necesitas. Lo que solo los gilipollas recurren a los amigos cuando están en apuros y no, por contra, llamarlos a ellos para petarlo sin un plan de por medio y con ningún objetivo que cumplir. Me sigues, ¿Vanity?
—En resumen, que la frase esa que tenía en la bio de Twitter de "Winners don't juse drugs" ya estaba bien, ¿no?
—Este es mi chico. Anda, tira que luego suben de precio las copas.